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Historia de los bailes Latino-americanos
Las lenguas románicas (francés, portugués y rumano) derivadas del latín, definen una cultura que se ha extendido sobre una parte importante del contenido americano. Tres bailes procedentes de esta zona más uno de procedencia hispano/francesa y otro original de EE.UU, constituyen los 5 bailes que, dentro del baile deportivo (Dance Sport), se conocen internacionalmente como "latino-americanos".
Los tres bailes procedentes de Latino-América se desarrollan a partir de la fusión de las culturas indígenas, europeas y negra. Los conquistadores europeos, ante las dificultades que tuvieron en persuadir a los indígenas americanos para que trabajaran para ellos, importaron esclavos negros desde diversas partes del oeste de África. Los esclavos negros fueron importados en cantidad tal que, en 1553, superaban a los europeos residentes en Méjico, hecho que obligó al virrey Luis de Velasco a solicitar al rey Carlos V de España la prohibición de nuevas importaciones.
El baile era un componente cultural importante en las tres culturas: europea, negra e indígena. En 1569 el virrey de Méjico ordenó que la piedra del calendario azteca fuese quemada debido a que el baile alrededor de ella se había convertido en la principal actividad recreativa de los negros. Además, Velasco decretó que el baile debía limitarse únicamente a los domingos y días festivos entre el mediodía y las 6 de la tarde.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, se produjo una gradual fusión de las tres culturas que acabó produciendo una nueva cultura: la criolla. Los bailes europeos fueron también exportados a Latino-América y "criollizados". En Cuba, la contradanza se convirtió, adoptando un ritmo sincopado, en la contradanza Habanera. Luego se le llamó "danzón" y posteriormente abrevió su nombre en el "son". Este ritmo llegó también al Brasil donde, en 1795, se le conoce como Modinha (canción de amor) y a Europa a principios del siglo XIX. Ritmos complejos y sincopados conforman hoy todos los bailes Latino-Americanos.
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